No se trata de adaptarse al cambio, se trata de crear el cambio de forma intencionada

La universidad debe ser una experiencia de aprendizaje y la clave, además de procurar que nuestros estudiantes estén formados en nuevas tecnologías y habilidades blandas, es generar la necesidad de ponerlas en práctica.

Crear el cambio intencionadamente significa diseñar ese aprendizaje. 

Como comentaba en uno de mis artículos anteriores, los mercados laborales cambian rápidamente y requieren, cada vez más, que nuestros estudiantes tengan las habilidades cognitivas y prácticas para adaptarse a su entorno.

Para funcionar eficazmente en una economía del conocimiento, los estudiantes deben adquirir habilidades, pero también deben generarse los espacios para que puedan ponerlas en práctica.

Mucho se ha hablado de poner al estudiante en el centro y hacerles participantes activos en su aprendizaje, reconociendo que el mismo no debe limitarse al entorno del aula, sino abarcar también aspectos sociales, culturales y profesionales fundamentales para él.

Por ello, resulta cada vez más urgente que las instituciones educativas generemos el cambio de forma intencionada, y que derribemos las barreras que limitan la experiencia de aprendizaje.

¿Qué significa una experiencia de aprendizaje?

Una experiencia de aprendizaje es una oportunidad que se ofrece a los alumnos para que tengan una vivencia compartida que los lleve a descubrir y conocer. Se trata de aprovechar el entorno virtual, que debe entenderse como el hilo conductor de la experiencia, e integrar diferentes canales para facilitar el aprendizaje.

Una experiencia de aprendizaje debe convertir al aprendizaje mismo, en una experiencia de valor. Y este juego de palabras no es fortuito. Esto implica llevar a cabo un mix de actividades presenciales y on line, que vayan más allá de las propias de la vida estudiantil y encauzar a los participantes hacia un proceso de exploración que facilite la reflexión.

Las universidades nunca debemos olvidar nuestra razón de ser. Por ello, debemos pensar por qué hacemos lo que hacemos; después vendrá el cómo y, finalmente, el qué.

Acercando y facilitando el aprendizaje

Conscientes de nuestra obligación de satisfacer las demandas del mercado sobre las competencias y la eficiencia que deben tener nuestros graduados, decidimos romper todas las barreras, incluso las físicas, y por primera vez desarrollamos una actividad cuyo objetivo consistía en acortar distancias y dar acceso a nuestros alumnos a un evento de primer nivel, el Singularity U México Submit.

Para ello, habilitamos salas en 24 de nuestros planteles, a fin de compartir vía streaming y en manera simultánea, las conferencias que se estarían llevando a cabo durante dos días en Puerto Vallarta. Gracias a esta pequeña iniciativa, nuestros estudiantes pudieron escuchar pláticas acerca de tendencias globales y nuevas tecnologías como la robótica, IA, biotecnología, nanotecnología y blockchain, de la mano de personas que actualmente están cambiando el mundo. También pudieron actualizarse sobre el futuro de sectores fundamentales para el desarrollo de un país como la educación, la medicina, manufactura, retail, comida, logística y cadena de suministros, entre otras.

La Singularity University es una institución académica cuya finalidad es reunir, educar e inspirar a un grupo de dirigentes para que se esfuercen por comprender y facilitar el desarrollo exponencial de las tecnologías y promover, aplicar, orientar y guiar estas herramientas para resolver los grandes retos del planeta.

Esta escuela, cuyo nombre hace referencia a la llamada singularidad tecnológica ubicada en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Mountain View, California, cuenta con miembros de 119 países y con más de 431 iniciativas de impacto.

Escucha activa de nuestros estudiantes

No solo basta con realizar actividades, debemos aprovechar las mismas para acercarnos a nuestros estudiantes y medir el impacto que están teniendo en ellos; de nada vale concentrar esfuerzos en lo que nosotros creemos relevante, si no somos capaces de escuchar.

Por eso, diseñamos un breve cuestionario para registrar la asistencia y evaluar la satisfacción y utilidad de las conferencias para nuestra comunidad estudiantil. 

Utilizando una escala de medición del 1 al 10, donde 1 era la puntuación más baja y 10 la más alta, realizamos 4 preguntas:

  1. ¿Qué te pareció el evento?
  2. ¿Qué tanto se relaciona el contenido de las conferencias con las asignaturas que estás cursando?
  3. ¿Qué tan útil consideras el contenido en tu vida profesional?
  4. ¿Qué tan satisfecho te sientes con este evento?

De acuerdo a los resultados obtenidos a través de los 2,398 cuestionarios efectuados una vez finalizada la iniciativa, me complace compartirles que un 90,9% de nuestros alumnos se sintieron muy complacidos con el nivel de las conferencias, un 91,4% cree que los temas tendrán trascendencia en su aplicación profesional y solo un 12,7% consideró que el contenido de las conferencias no guardaba relación con las asignaturas que están cursando.

Como instituciones educativas debemos de procurar educar a graduados cualificados y brindarles oportunidades para el aprendizaje a lo largo de toda su experiencia estudiantil.

Si con iniciativas como estas, podemos abrir la mente de nuestros alumnos y despertar su interés y curiosidad, sobre temáticas que están transformando a las principales industrias y que serán muy relevantes para los empleos del futuro, ya habremos sembrado la semilla.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Cesta de compras